4 de maig del 2010

"La Perdicaris viva o El Raisuli muerto !!!"


En 1975 se estrenó la película El Viento y el León, dirigida por John Milius y protagonizada por Sean Connery, Candice Bergen y Brian Keith. El film resultó decepcionante en varios de sus elementos y fue una lástima porque el argumento que proponía podría haber sido mostrado de una forma más interesante.

Supuso la primera incursión de John Milius en un personaje por el que parece tener un especial interés: el Presidente Theodore Roosevelt, quien dirigió los destinos de los Estados Unidos a principios del siglo XX tomando el poder en un momento difícil tras el asesinato del Presidente recientemente reelegido, William McKinley, en 1901.

En 1997, Milius abordó la vida de Roosevelt desde otra perspectiva y realizó un telefilm sobre los Rough Riders, el batallón de voluntarios liderado por Teddy que combatió en la Guerra de Cuba (1898). Allí fue Tom Berenger el que asumió el papel de Roosevelt mientras que Brian Keith tuvo también su presencia, a modo de cameo, dando vida a William McKinley en una pequeña escena.

En el caso que nos ocupa, Milius nos explica la historia del Mulah Ahmed El Raisuli (Sean Connery), un bereber insurrecto que lidera una rebelión contra el Sultán Abdelaziz de Marruecos. Raisuli proclama que el Sultán está dominado por las potencias europeas, que lo usan como títere. Por todo ello secuestra a una ciudadana americana, Eden Perdicaris (Candice Bergen), y a sus dos hijos en el intento de causar un conflicto en las relaciones internacionales que favorezca sus planes para derrocar al Sultán.

Pero, en 1904, se celebran elecciones Presidenciales en Estados Unidos. Teddy Roosevelt se halla inmerso en una dura campaña contra el juez demócrata Alton B. Parker y busca un golpe de efecto que le ayude a obtener más apoyo del electorado. Cuando le llega la noticia del secuestro de Perdicaris, decide enviar tropas a Marruecos para conseguir su liberación inmediata y, de paso, mostrar a las potencias europeas la capacidad militar de la que dispone.

Es entonces cuando en diferentes mítines de campaña pronuncia una frase que enciende a las masas: "La Perdicaris viva o El Raisuli muerto". Pero la realidad en Marruecos no resulta ser tan simple. Perdicaris y sus hijos son bien tratdos por la gente de El Raisuli y ven claramente que éste es un hombre de honor, preocupado por su pueblo, y que busca un futuro mejor en un panorama internacional complicado.

Por otra parte, el Sultán se alía con alemanes y franceses para derrotar a los insurrectos. Los germanos consiguen capturar al Raisuli y los americanos rescatan a la familia Perdicaris. Pero esto sólo es el prólogo a un enfrentamiento final en que los marines americanos deciden unirse a los bereberes frente a las tropas del Sultán y sus aliados europeos. Finalmente, consiguen rescatar al Raisuli (el león) y Roosevelt (el viento) se apropia del éxito presentándose ante la ciudadanía como el gran triunfador de la crisis.

Este relato edulcorado, que incluye la clásica historia de admiración por el "rebelde" tantas veces explotada en el cine, poco tiene que ver con el argumento real que inspiró al film.

En primer lugar la persona objeto del secuestro fue el diplomático y hombre de negocios de ascendencia griega, Ion Perdicaris, y su hijo. El Raisuli y sus hombres irrumpieron en la casa de Perdicaris en Tánger y se llevaron a ambos dejando a la esposa atrás. El Raisuli pidió al Sultán 70.000 dólares, salvo-conductos, y el control de dos de las regiones más poderosas de Marruecos.

Roosevelt reaccionó con la vehemencia que le caracterizaba (tal como acertadamente se muestra en la película) enviando siete buques de guerra y varias compañías de marines. Pero, a pesar de dicha movilización, sólo un pequeño destacamento de doce marines desembarcó en Tanger dedicandose a proteger el Consulado y a la esposa de Perdicaris. No hubo, por tanto, despliegue masivo ni batallas épicas.

La crisis se solucionó con la presión de Roosevelt para que las potencias europeas aprovecharan su mayor influencia sobre el Sultán y consiguieran que accediera a las peticiones del Raisuli. El 21 de junio se consiguió el acuerdo y Perdicaris y su hijo fueron liberados. En la Convención del Partido Republicano, el Secretario de Estado John Hay (que había sido secretario personal de Lincoln) pronunció la frase: "This government wants Perdicaris alive or Raisuli dead."

Y de todo ello, John Milius extrajo la inspiración para modificar acontecimientos y crear un argumento que fuera interesante para el espectador. Y en eso no radicó el problema puesto que la historia real no daba para un largometraje. Pero lo que pasó es que las nobles intenciones de Milius no consiguieron ser bien materializadas en pantalla. Y fuera por falta de recursos, o por debilidad del guión, la película no se conviritó en el espectáculo épico que prometía. Actualmente, su visionado sólo sirve para una sesión de domingo por la tarde, sin trascendencia alguna.

Tampoco el reparto fue el que el director ambicionaba. Omar Sharif y Anthony Quinn rechazaron el papel del Raisuli, Faye Dunaway no pudo participar por enfermedad y, a pesar de escribir el papel de Eden Perdicaris pensando en Julie Christie, Milius no llegó a proponerle el papel. El reparto final es bueno sobretodo por la presencia de Connery pero queda claro que la propuesta, ya en su momento, no era demasiado seductora.

Milius conoció España gracias a este film (se rodó en Almería, Sevilla y Madrid). Y años más tarde, volvió para rodar la película en que sí logró todos sus objetivos: Conan el Bárbaro (1982).